La carrera de Tesla Inc., Samsung SDI Co. y otros gigantes de la tecnología para asegurar el suministro de litio, un ingrediente clave de las baterías para vehículos eléctricos y teléfonos inteligentes, está creando una oportunidad única para que dos superpotencias mineras mundiales obtengan más valor de sus recursos naturales.
Australia y Chile buscan litio para ayudarlos a escapar de un ciclo que durante décadas ha tenido a las dos naciones extrayendo minerales como el mineral de hierro y el cobre, solo para verlos refinados y convertidos en productos valiosos en el extranjero.
Casi las tres cuartas partes de las materias primas de litio del mundo provienen de minas en Australia o lagos salobreños en Chile, lo que les permite aprovechar los clientes que luchan por los suministros de amarre. Las naciones mineras esperan traer plantas de refinación y fabricación que podrían ayudar a impulsar las industrias de tecnología doméstica.
El plan comienza a tomar forma.
Un ejecutivo del líder estadounidense de litio Albemarle Corp. anunció un plan de 1.000 millones de dólares canadienses (690 millones de dólares) para construir la planta de procesamiento más grande del mundo de su tipo en Australia. Mientras tanto, en Mejillones, norte de Chile, Samsung SDI y Posco de Corea del Sur planean desarrollar conjuntamente una instalación para fabricar componentes químicos utilizados en baterías.
La minería de roca y su exportación es una historia familiar para Australia y Chile. Australia, el mayor productor mundial de mineral de hierro, ha enviado miles de millones de toneladas de la materia prima de fabricación de acero a las fábricas en Japón y China desde la década de 1960. Chile, la mayor fuente de cobre del mundo, exporta más de la mitad de sus envíos como concentrado semi-refinado.